La entrevista libre

 

“La intuición abre caminos que la razón luego intenta hacer transitables”, Garcia Coto, TECTEA 2016, GrupoCIDEP – Universidad de Palermo.

Me gusta repetir este concepto, porque pienso que es algo de lo que nos sucede cuando somos interpelado por una familia que trae, con mucha angustia, a su niño para que le digamos “que tiene” y sobre todo “como se puede solucionar”. Y luego me cuentan acerca de él y es conmovedor (e informativo) escuchar que dicen: “pero yo era igual que él, a su edad” o frases por el estilo atribuyendo significados a cada cosa que cuentan. Y lo mas interesante es que TODO LO QUE CUENTAN ES CIERTO, y lo es en su perspectiva y seguramente es lo que ese niño hace con ellos dentro de un nicho semiótico construido alrededor de conductas, gestos, sonidos, movimientos, palabras, síntomas y rasgos físicos, en fin en todos los modos de externalizar que podemos tener los humanos. Pero claro la consulta puede ser porque tal vez esos modos no han sido suficientes ni adecuados en todas las situaciones con ellos no en otros lugares o con otras personas. Entonces siento que tengo que intentar conocer algo de ese nene en forma personal y directa. Necesito alcanzar mi propia perspectiva y encontrar nuestro particular nicho semiótico que iré armando a lo largo de mi encuentro con el niño, conociendo o no previamente la historia de sus palabras, verbales o no. Si quiero saber necesito aprender, mirar y sentir. Si pongo el texto adelante voy a confirmar lo que me dice el texto que tengo que buscar, y eso es fundamental si estoy haciendo un algoritmo como ADOS 2, pero no tanto en la entrevista libre. Ahí tengo que estar muy atento y liberar mi espontaneidad de la manera que supongo mas acorde con cada niño. A mi me apasionan los dibujos animados y ocupa una respetable parte de mi tiempo viéndolos, entonces me gusta hablar con los chicos, acerca de ellos y por supuesto en conversaciones de distintos niveles de complejidad según cada uno. Es interesante luego ver los videos de las entrevistas, hay una semiología muy rica en torno a ellos, y con mucha, muchísima frecuencia encontramos que ciertas “supuestas incoherencias sospechosas” que algunos niños dicen, no son otra cosa q frases o guiones de alguno de sus personajes preferidos. Y con otros jugaremos con jueguitos o hablaremos acerca de ellos, en fin con cada uno encontramos algún posible código común, dentro de lo común de la vida diaria. Se que vamos a buscar los significados individuales que el niño atribuye o encuentra y en torno a ellos vamos a ir construyendo nuestro propio marco de referencia y de significados compartidos. Pero claro lo que nos va a ocurrir es que siendo tan variados los modos y recursos expresivos vamos a tener que ser muy atentos a la hora de ver y escuchar a un  niño que tal vez no solo que no habla sino que nos refieren que tampoco entiende ni hace caso a nada y de pronto vamos a observar que cuando su hermanita dijo “tablet” inmediatamente la miró y se fijo si la tenia en sus manos,para seguir luego con su actividad ambulatoria tal vez al ver que ella no la tenía. O con un niño que solo toma objetos para tirarlos o dejarlos caer, con los duplos gigantes agarra alguno y lo dirige al lugar donde estoy encastrándolos, y eso lo hace en varias ocasiones ¿tal vez al ver que yo los tomo y encastro por él? Cada cosa que el niño es un camino que nos abre para que exploremos, aún sin saber adonde vamos: “la intuición abre …..”. La intuición me abre la ruta, no se adonde va ni uso ningún GPS en principio, hasta que voy viendo adonde va él o ella y por ahí voy siguiéndolo. Y ahí tal vez voy encontrando datos que tengo que aún no se exactamente que me informan, me abren posibilidades y juego con las posibilidades ya va a llegar la razón para ir ordenándolos y dándoles significado. La entrevista libre es una aventura, un proceso muy dinámico de búsqueda, a veces muy activa otras muy pasiva, otras muy mixta. En fin de todo esto se que quiero trasmitir el concepto de entrar a ella sin interferencias. No nos apuremos a usar la razón y por supuesto NO DEJEMOS  de usarla una vez que tenemos la experiencia y todos los datos que nos proporcionó.

La experiencia directa con el niño creo que es insustituible: como terapeuta necesito sentir la vivencia de la interacción y el flujo empático que se genera en el encuentro. Creo que muchas veces soy demasiado cauteloso, pero por sobre todas las cosas creo que intento acercarme con afecto, respeto y curiosidad.

Afecto: es el sentimiento natural que uno siente hacia el niño que está conociendo. Es como que uno lo quiere de entrada, antes de conocerlo. Es el compromiso implícito que subyace el trabajo nuestro: querer lo que hacemos y a quienes nos permiten hacerlo. Y esta actitud hace que resonemos empáticamente de entrada con ese chico/a que estamos conociendo, que intentemos sentir desde lo que él está sintiendo, mirar hacia donde está mirando y tratar de escuchar lo que está escuchando con la expectativa de compartir focos aunque aún no podamos significarlos. Luego vendrá el momento de intentar hacer lo que él niño/a está haciendo o de complementarlo del modo en que sentimos que hace. El afecto nos traza un camino, en la entrevista que hace que intentemos construir un espacio intersubjetivo de significados compartidos y sentimientos comunes. En otros términos, esto es lo que se conoce como Teoría de Códigos Comunes, ToCC, ( Decety 2003) con el niño y podamos percibir cuáles son sus rutas afectivas, cognitivas y de acción.

Respeto: porque mi posición de adulto me confiere un idioma, una postura corporal y una noción de juego que puede estar más o menos dentro de lo convencional. Entonces por eso, precisamente, mientras más convencional tal vez más alejada pueda estar de la del niño individual a quien intento conocer. El respeto pasa por buscar en cada uno los tiempos sociales y los estilos lúdicos. Respetar es intentar hablarle a cada uno en su idioma, y si no se lo conoce intentar aprenderlo o conseguir quien lo traduzca. Cuando respetamos no imponemos, intentamos consensuar a partir de las posibilidades del otro y propias. Respetar nos exige mucha flexibilidad a los adultos.

Curiosidad: tengo mis juguetes preferidos con los que me muevo cómodamente en las entrevistas. Entonces podré sugerirlos, así como también algunos juegos; y buscaré el impacto que le producen, para poder verlo como individuo único que va marcando su impronta en cada objeto que toca y maneja o en cada despliegue, lúdico o no. Me gusta ofrecerle por ejemplo el “pin-art” y ver como a través de las agujas de plástico, va reproduciendo cosas, o emparejándolas todas, o rechazándolas porque lo hieren táctilmente. Ídem con los autos y/o con los muñecos, muñecas y objetos diversos asociados a ellos. O las hojas de papel para arrugar o para garabatear o dibujar o escribir. Y finalmente descubrir con un asombro que nunca se termina; como con una pantalla y unos toques logran llegar a lugares cognitivos que en la vida real ni siquiera se asoman.

La experiencia directa me pone en contacto con los posibles tableros de control de sus conductas motoras intencionales, emocionales, sensoriales, etc. Me permite asomar a su mundo y al modo en que va construyéndolo: si uno piensa en imágenes seguro que va a mirar distinto y las rutas de construcción de la representación del mundo también lo van a ser.

Y ni que hablar si el chico construye algoritmos fijos para poder moverse con seguridad en el contexto que le toca vivir: la primera vez veremos asombrados cómo toma contacto con todo lo nuevo y con qué destreza lo hace, tanto que nos preguntaremos un poco confusos: ¿para que traerán a la consulta a este niño? Y la segunda vez que nos encontremos descubriremos, que si las cosas no siguen el mismo derrotero de la primera vez, la entrevista puede llegar a ser caótica: el niño exige que todo sea igual que la primera vez.

Y todo esto creo que puedo encontrarlo solo si me muevo con curiosidad, afecto y respeto por como es el niño nuevo que estoy conociendo y que tal vez no se parezca en nada a los otros que he conocido antes.

Las entrevistas de juego pueden ser individuales y familiares. Cuando no tenemos videos familiares, me resulta muy útil ver como un niño hace con sus padres juegos y actividades que con el evaluador no. Así como también aparecen conductas que parecen ser específicas de cada persona.